Uno de los principales retos a los que se enfrenta la industria alimentaria es el incremento de la población previsto para 2050. Según datos de la FAO, se espera un crecimiento de 2.000 millones de personas para 2050. Desde la perspectiva proteica, el actual modelo y la dependencia de las proteínas de origen animal requiere de un replanteamiento. Aunque en los últimos años se han llevado a cabo distintas acciones de innovación dirigidas a mejorar la eficiencia de los procesos de producción de carne tradicionales, no son suficientes para abordar los retos que se plantean. ¿Cuáles son las alternativas para alimentar a la población futura?
Según un reciente informe de AT Kearney, en 2040 el 60% de la carne que consumiremos será de laboratorio o serán análogos cárnicos. La carne de laboratorio o cultivada es generada en biorreactores a partir de un conjunto de células, mientras que los análogos cárnicos son productos de origen vegetal con propiedades sensoriales semejantes a los productos cárnicos tradicionales.
Uno de los motivos que explica el estimado crecimiento en la carne de laboratorio es la sostenibilidad de los procesos productivos y la capacidad para ofrecer productos personalizados (tendencia en el sector alimentación). En la actualidad, grandes entidades como son Bill Gates o Cargill están invirtiendo en star-ups cuyo negocio versa en esta línea de trabajo.